30 OBRAS CRUCIALES DEL CINE DOCUMENTAL

Les comparto las que a mi criterio son las 30 obras cruciales del cine documental. Es una selección personal que lógicamente se diferenciará de otras respetables listas. Las coloco en orden cronológico:

Nanuk, el esquimal (Nanook of the North, 1922-Canadá) de Robert Flaherty. Fue el primer gran documental (en largometraje) de la historia. El filme intenta reflejar en la gran pantalla la vida cotidiana de los esquimales, todo desde un punto de vista positivo. 



Berlín, Sinfonía de una ciudad (Berlin-Die Symphonie der Großstadt, 1927-Alemania) de Walter Ruttmann. Un día en la vida cotidiana de Berlín, contada a través de espectaculares imágenes y de un elaborado montaje.


 
El Hombre de la Cámara (Chelovek s Kino-apparatom, 1929-URSS) de Dziga Vertov. Magistral documental vanguardista, que podría catalogarse como cine experimental. Explota muy bien un tema de moda de esos años: la vida cotidiana de un determinado lugar. FIlme simbólico.



Hombres de Arán  (Man of Aran, 1934-Gran Bretaña) de Robert J. Flaherty. Gran reseña de la lucha del hombre por sobrevivir ante una naturaleza adversa. En esta película se resalta la dura cotidianidad de los pescadores de las islas de Arán (Irlanda). Flaherty había madurado mucho como director desde su primer documental Nanuk, el esquimal. En esta ocasión, no dudo en mostrar con todo rigor una dura realidad. 



Las Hurdes (1933-España) de Luis Buñuel. Una de las cumbres de la primera parte de la filmografía del gran director español, quien no puso ningún reparo en enseñar en imágenes crudas la preocupante situación de una de las regiones más pobres de la España de 1932.



El Triunfo de la Voluntad (Triumph des Willens, 1935-Alemania) de Leni Riefenstahl. Potente registro fílmico (muy elaborado en su parte artística) sobre el poder y la ideología del naciente régimen nazi en Alemania.



Olympia 1 y 2 (1938-Alemania) de Leni Riefenstahl. Documental que resume los juegos olímpicos de 1936, realizados en Berlín. Su maestría radica en la espléndida composición de tomas, un buen ejemplo de cómo un estructurado montaje incide en el ritmo de un filme. 



Noche y Niebla (Nuit et brouillard, 1955-Francia) de Alain Resnais. Tremendo documento fílmico del Holocausto judío. Muestra con toda crudeza material visual que fue incautado a los propios nazis, sobre el exterminio que realizaron de millones de personas.  



El Mundo del Silencio (Le Monde du Silence, 1956-Francia) de Jacques Cousteau. El descubrimiento de la vida marina en reveladoras imágenes. Auténtico cine explorador, como solo Cousteau sabía hacerlo. 




Salesman (1968-EEUU) de Albert Maysles, David Maysles y Charlotte Zwerin. Una cinta que enfoca un tema muy curioso para el cine como es el mundo de las ventas a domicilio y de cómo actúan sus personajes.



La Hora de los Hornos (1968-Argentina) de Fernando Solanas. Laureado filme de contexto político que marcó la pauta de un estilo de cine documental de denuncia, tema símbolo de Sudamérica en esos años.  




Woodstock (Woodstock-3 Days of Peace & Music, 1970-EEUU) de Michael Wadleig. Película que recoge el espíritu de la generación hippie de la década de 1960, a través de uno de los conciertos más simbólicos de la historia de la música. Es el filme icónico de la ideología del "amor y paz" 



La Batalla de Chile I, II y III (1975,1977 y 1979-Chile) de Patricio Guzmán. Valioso documento audiovisual de la utopía socialista y de la dura represión militar registrada en la década de 1970 en Chile.   




Hearts and Minds (1974-EEUU) de Peter Davis. Las interrogantes que dejó la guerra de Vietnam son reflejadas en este documental a través de imágenes reveladoras. 



El Último Vals (The Last Waltz, 1978-EEUU) de Martin Scorsese. La incursión en el genero documental del gran Scorsese dio como resultado una espléndida obra que recoge el concierto de despedida de una de las bandas icónicas del rock: The Band.



   Shoah (1985-Francia) de Claude Lanzmann. La mejor y más amplia compilación testimonial del exterminio judío en la Segunda Guerra Mundial. Película que en sus casi 10 horas de duración intenta recoger las versiones más completas de lo sucedido en el Holocausto.



The Thin Blue Line (1988) de Errol Morris. Un poderoso e influyente filme sobre la condena judicial a un hombre inocente. Demostró lo efectivo que puede resultar el cine investigativo. Es una de las obras cumbres de su afamado director.



El Celuloide Oculto (The Celluloid Closet, 1995-EEUU) de Robert Epstein y Jeffrey Friedman. Curioso documental que delata la inclusión secreta del contexto gay en el cine norteamericano clásico, en una época en donde era casi imposible reflejar esta realidad de manera directa en los argumentos de las películas.



Cuando Éramos Reyes (When We Were Kings, 1996-EEUU) de Leon Gast. Los entretelones y preparativos de la histórica pelea de box de 1974 entre George Foreman y Muhammad Alí. El mundillo que hay atrás de este deporte se devela en este gran filme.  




Masacre en Columbine (Bowling for Columbine, 2002-EEUU) de Michael Moore. Impactante documental que intenta descubrir la naturaleza de la violencia en Estados Unidos, tomando como punto de partido un trágico tiroteo en un instituto.




El Chico que conquistó Hollywood (The Kid Stays in the Picture, 2002-EEUU) de Brett Morgen y Nanette Burstein. Cuenta magistralmente la vida de uno de los productores más controvertidos del cine norteamericano.  




 
Rumores de Guerra (The Fog of War: Eleven Lessons from the Life of Robert S. McNamara, 2003 EEUU) de Errol Morris. Recoge un gran testimonio de uno de los testigos presenciales de algunos conflictos bélicos símbolos de EE.UU. 



La Historia del Camello que Llora (Ingen Numsil - Die Geschichte vom weinenden Kamel, 2003 Mongolia) de Byambasuren Davaa y Luigi Falorni. Un documental diferente, sobre un camello albino que es rechazado por su madre, pero un violinista se encargará de que cambie de opinión. 



Earthlings (2003-EEUU) de Shaun Monson. Cinta que denuncia el enriquecimiento de determinadas industrias mediante el exterminio de animales. El filme busca sacudir la conciencia del público. 





Grizzly Man (2005) de Werner Herzog. Estremecedor filme sobre un aficionado extremo de los osos, quien pasó largas temporadas conviviendo en su hábitat y cuyo desenlace fue trágico. 



La Sociedad de la Nieve (Stranded: I Have Come from a Plane That Crashed on the Mountains, 2007-Francia) de Gonzalo Arijon. El mejor y más completo documental sobre la famosa odisea que vivieron los sobrevivientes de un accidente aéreo en Los Andes chilenos en 1973. 



Man on Wire (2008-Gran Bretaña) de James Marsh. Un documental de vértigo, que relata el gran logro de un funambulista en la década de 1970, cuando evadió todos los controles para cumplir con su meta de caminar sobre una cuerda tendida entre las torres gemelas de Nueva York. 



The Cove (2009- EE.UU.) de  Louie Psihoyos. Un filme de denuncia, en donde se muestra la cruel matanza de delfines en Japón. La grabación de las imágenes de esta cinta fue realizada de manera secreta, empleando una alta tecnología.



Nostalgia de la Luz (Nostalgie de la lumièrem, 2010-Francia) de Patricio Guzmán. Sublime combinación de los secretos del cosmos y de la búsqueda incasable de los familiares de los desaparecidos en la dictadura de Pinochet en Chile. Una obra maestra del cine actual. 


Searching for Sugar Man (2012-Suecia) de Malik Bendjellou. La búsqueda y reconocimiento de un misterioso cantante sesentero. 

LA VERSIÓN NAZI DE "EL ACORAZADO POTEMKIN"

Desde la llegada al poder de Adolf Hitler en Alemania, en 1933, se sentaron las bases de un régimen que controló todos los ámbitos de estilo de vida de la sociedad germana, incluyendo aquellos relacionados con la cultura o el entretenimiento. 

Hitler encargó a Joseph Goebbels (foto), uno de los más importantes ideólogos nazis, el manejo de la comunicación del Tercer Reich, y utilizar para fines propagandísticos a la prensa, la radio, el teatro, el cine, etc.    


Goebbels, entre otras cosas, vio muy necesario emprender de inmediato un control total de la cinematografía alemana, pues era uno de los espectáculos más importantes para la población. Fue así que convocó a figuras del Séptimo Arte germano de la época para expresarles la necesidad de "regenerar al cine nacional". El líder nazi sostenía que si bien el arte es libre, éste debía cumplir con determinadas normas. Además, aseguraba que el futuro cine alemán debía basarse en 4 películas modelos: Los Nibelungos, de Fritz Lang; El Rebelde, de Luis Trenker; Anna Karenina, de Edmund Goulding; y, sobre todo, El Acorazado Potemkin, de Sergei Eisenstein (una de las obras cumbres del cine soviético y mundial). 


Goebbels veía en Potemkin la película ideal para influir, a través de las emociones, en el pensamiento político de los espectadores. Consideraba incluso que cualquier persona que no tenía una firme convicción ideológica podría convertirse en un bolchevique después de ver la cinta. 




Puede causar sorpresa que un representante del Tercer Reich alabara tanto a El Acorazado Potemkin considerando que los nazis veían a los comunistas como enemigos acérrimos. No obstante, Goebbels únicamente tomó como un gran ejemplo a este filme para demostrar que en el cine sí es posible reflejar con eficacia ideologías políticas; por ello pidió a todos los productores, directores y guionistas alemanes que generaran un cine ideológico y políticamente comprometido con el régimen hitleriano.  



En este sentido, Goebbels se empeñó en que se produjera una réplica del filme soviético, pero bajo otra perspectiva. El encargado de llevar adelante este plan fue el director Karl Anton, quien en 1936 presentó la anhelada película, bajo el título: El Acorazado Sebastopol (Panzerkreuzer Sebastopol), cinta que contaba con la participación en el rol estelar de Camilla Horn, una de las actrices alemanas más importantes de la época, y que se hizo famosa por su actuación en la gran Fausto de F.W. Murnau, en 1926.




En resumen, el argumento el El Acorazado Sebastopol consistía en que la hija de un gobernador de Sebastopol vivía una historia de amor en un crucero, pero justo en ese instante estalla la Revolución Rusa y los marineros se amotinan, estableciendo un reino de terror en la nave y en el puerto, tanto que la propia protagonista es hecha prisionera por quien había sido su criado hasta el momento.

El objetivo de Goebbels y Karl Anton era producir un filme que sea semejante a El Acorazado Potemkin pero sólo en lo técnico, pues en el argumento se buscaba distorsionar lo resaltado en el filme soviético. De este modo, se estructuró un mensaje claramente anticomunista; y se mostró que en la Revolución Rusa se produjeron violaciones, asesinatos y destrucción de imágenes sagradas.  




El Acorazado Sebastopol revertió incluso momentos icónicos de El Acorazado Potemkin para generar contrasentidos, como aconteció con la famosa escena de la matanza en la escalinatas de Odessa, para lo cual en la película alemana se tomó justamente como escenario las gradas del barco para los tumultos y desenfrenos de los revolucionarios. Asimismo, el proyecto fílmico nazi intentó para su objetivo emplear los grandes recursos expresivos de la película soviética, como el manejo del montaje y el primer plano, veamos a continuación unos ejemplos: 



Lo cierto es que tanto en lo técnico como en lo artístico, El Acorazado Sebastopol  fue un intento muy fallido de igualar a la gran obra de Eisenstein. La propuesta alemana nunca llegó en lo más mínimo a las cotas alcanzadas por El Acorazado Potemkin, y quedó simplemente como uno más de los tantos filmes de propaganda nazi que se producían sin mucho rigor cinematográfico. 

Con respecto a su aceptación en taquilla, con seguridad, en la época del estreno de El Acorazado Sebastopol (enero de 1937), se generó una masiva concurrencia a las salas de cine en Alemania. Meses después, este filme logró presentarse en Estados Unidos, pero sin mucho éxito. En ese año, la cinta no pudo ser exhibida en otros sitios, así que todo parecía indicar que sería archivada. 

Sin embargo, ya en plena Segunda Guerra Mundial, y especialmente desde mediados de 1941 (cuando Alemania entró en conflicto con la URSS), la película, de contenido abiertamente antisoviética, tuvo nuevamente un motivo para ser estrenada en las naciones ocupadas por los nazis, como Francia; en países aliados, como Italia; y en aquellos cuyos gobiernos habían expresado simpatía o amistad con Hitler, como la España de Franco. A continuación apreciemos los carteles empleados para la promoción del filme en estos lugares:


  

Es importante comentar también que lo curioso en esta etapa fue la pomposa manera como se promocionó El Acorazado Sebastopol en varios de los sitios en donde fue presentada, pues originó una serie de exageraciones en alabanzas y calificativos positivos.


Así por ejemplo, en la España de 1942 se destacó el estreno del filme como "el magno acontecimiento cinematográfico del año" y se resaltaban en los afiches promocionales de la película, cosas como: "una maravilla de técnica y arte" "un filme impresionante e inolvidable" "la película más soberbia de todos los tiempos" "una obra perfecta" "la película de las películas".... 



Quizás, el contexto político de esa época hizo que los gobiernos aliados o amigos de Alemania, intentaran persuadir a la población para que la observara, destacando supuestas bondades artísticas; pero lo cierto es que carecía de varias de las virtudes que se la catalogaba ese entonces. Con todo, para que sean ustedes mismos los críticos del filme, les dejo a continuación la película íntegra en su idioma original: 




Imágenes pertenecen a:
A B C D E

UN WESTERN CON ENANOS Y PONIS


Allá en el lejano y salvaje Oeste americano, un vaquero bueno ayuda a una ranchera amenazada por bandidos locales y, en medio de ese ambiente, ambos terminarán enamorándose. Se trata de un argumento muy convencional empleado para el filme The Terror of Tiny Town, estrenado en 1938. Pero lo especial de esta película no es su historia, sino el hecho de que todos los actores son enanos. 



En la dácada de 1930, Hollywood se convirtió en la industria más importante del cine mundial, y consolidó sus más representativos géneros cinematográficos aplicando su famoso star system. Las grandes, medianas y pequeñas productoras buscaban obtener gran rentabilidad a través del cine. Algunos productores independientes quisieron triunfar en la industria cinematográfica estadounidense, pese a no contar con grandes capitales; para ello tuvieron que ser muy creativos o arriesgados en sus propuestas fílmicas. Este fue el caso del productor Jed Buell, quien no vio problema en realizar algunos experimentos para  llamar la atención del público, en especial aplicándolos en películas de cowboys.   
 
¿Por qué Buell expermientó con el western? La respuesta parece estar en que en los años 30, el cine del Oeste era un género incipiente que aún no acababa de acentarse como tal y era común que muchas de sus películas emplearan recursos de otros géneros como la comedia, la aventura y el musical. Esa falta de rigurosidad cinematográfica del western de ese entonces, hizo que Buell vea en él un laboratorio de ensayo.  

De este modo, en 1937, presentó al público un primer experimento, se trataba de un western musical en donde se dio protagonismo a vaqueros de raza negra, algo impensado para esos años. La película no tuvo resonancia comercial significativa, pero eso al parecer no era de mucho interés del productor que sólo quería posicionarse ante determinados segmentos. Un año más tarde, insistió con otro de sus ensayos fílmicos y produjo la película que destacamos en este artículo The Terror of Tiny Town.  


En esta cinta, se modificó por primera vez el modelo estándar del elenco de intérpretes cinematográficos, colocando solo a actores enanos y creando, por consiguiente, un ambiente o atmósfera afín, es decir, en lugar de caballos se utilizaron ponis y se cambió la dimensión escénica. Especial atención merece el tamaño de las puertas de los bares.



 

Fuera del tamaño de los personajes, en The Terror of Tiny Town se respetan los ingredientes westerianos de la década de los 30:  el vaquero bueno, la dama, los bandidos, el sherrif, los caballos (en este caso ponis), la cantante de salón, la cantina, las carretas, el herradero, el ganado, la diligencia, la guitarra, las canciones, etc.

 
Un año más tarde, muchos de los actores de este filme formaron parte del grupo actoral de una película que llegaría a convertirse en un clásico del Séptimo Arte: El Mago de Oz.


Si bien, The Terror of Tiny Town no ha podido resistir el paso del tiempo, posee algunos atractivos que la hacen interesante y merecedora de ser redescubierta por los cinéfilos, pues es parte de esa fantástica historia del cine. A continuación les dejo la película íntegra (en inglés) y enlace para conocer más sobre el cine con actores de baja estatura:  




Para conocer más sobre el cine de enanos

CUANDO FRANK CAPRA Y JOHN WAYNE SE MANDARON A LA....


 
Frank Capra y John Wayne son dos figuras históricas del cine mundial, el uno como director y el otro como actor. Pero aparte de deslumbrar en el Séptimo Arte ambos tenían en común su posición política, pues los dos eran conservadores, aunque de distinta intensidad. Wayne era catalogado como ultraderechista, mientras que Capra fue bastante moderado pero igual muy patriota y defensor de las tesis americanas, tanto que no dudo en rodar documentales en plena Segunda Guerra Mundial en favor de la causa estadounidense, pese a que era de origen italiano.
Terminado el conflicto entre los países Aliados y los del Eje, el mundo se vio inmerso en la denominada Guerra Fría, polarizando las corrientes políticas a favor o en contra del capitalismo y del comunismo. EEUU combatió todo intento de penetración comunista en su estilo de vida, y desde 1945 fue objetivo primordial del Comité de Actividades Antiamericanas del Congreso estadounidense la persecución a seguidores de esta ideología. Uno de los más activos colaboradores de este Comité fue John Wayne.

De manera inexplicable, desde mediados de la década de 1940, Capra fue sospechoso de comunista y, por lo tanto, sujeto a investigaciones del Comité. Nunca se supo la razón concreta en la que se fundamentó este rumor en contra el director italiano, tal vez  la desconfianza nació porque en algunos de sus filmes se dejaba entrever algunos planteamientos marxistas, como la lucha de clases.


Al parecer, lo que acrecentó la sospecha del Comité fue el hecho de que Capra siempre quiso independizarse de los grandes estudios y cuando finalizó la guerra intentó cumplir con este anhelo y fundó una compañía productora con un sugestivo nombre: "Liberty Films". Su primer proyecto sería rodar una película titulada ¡QUÉ BELLO ES VIVIR!  


Como el Comité no tenía pruebas concretas para atacar a Capra, lo que hizo fue actuar proactivamente y, por las dudas, designó a John Wayne para que apruebe el reparto que intervendría en este filme y así comprobar que no haya comunistas infiltrados. El director italiano al enterarse de esto explotó de coraje y llamó de inmediato por teléfono a Wayne para decirle que le importaba un carajo que pensara si era o no comunista, que iba a contratar para su película a quien le diera la gana, que no iba a permitir jamás su intromisión y finalmente lo mandó al infierno.



Parece que Wayne quedó impactado con la reacción de Capra que no atinó a darle respuesta igual en ese instante, pero cuando pasaron los años y John se convirtió en una de las estrellas más populares del cine norteamericano se refirió al director, más o menos en estos términos: Me gustaría tener a ese hijo de... y romperle en mil pedazos y tirarlo al mar y verlo flotar de nuevo a Sicilia, donde pertenece.




Frank Capra pudo rodar ¡QUÉ BELLO ES VIVIR! en 1946 sin que nadie se entrometa, pero en su estreno la cinta no tuvo mucha acogida en taquilla, quizás en ello incidió el boicot realizado por el Comité al calificarla como propaganda comunista. Además, el propio FBI emitió un informe sobre el contenido del filme señalando que en él habían trucos usualmente empelados por los comunistas, como el hecho de "intentar desacreditar a los banqueros, al presentar a Lionel Barrymore como un personaje de corazón duro para convertirlo en el hombre más odiado del filme…" también denunció el FBI que con la película se pretendía de manera deliberada satanizar a la clase alta, tratando de presentar a la gente con dinero como personajes despreciables.

Pese a su fracaso en el estreno y a todas las críticas que le rodearon, con el paso del tiempo !QUÉ BELLO ES VIVIR! se constituiría en uno de los clásicos inmortales del cine, en la película navideña por excelencia y en una de las mejores de la historia del cine.

John Wayne no se quedó con las ganas de intervenir directamente en películas proamericanas y dirigió los filmes: EL ALAMO (1960), sobre la lucha de los tejanos por independizarse de México, y LOS BOÍNAS VERDES (1968), para justifciar la guerra de Vietnam. Ninguna alcanzó la trascedencia del filme de Capra.