LA ACTRIZ MÁS BELLA E INTELIGENTE DEL CINE


Tal vez en el presente no sean muchos los que la recuerdan, pero en la década de 1940 la actriz austríaca HEDY LAMARR fue considerada como la más hermosa del cine. Su belleza era única e indiscutible, y así se lo ha reconocido con el paso del tiempo. En la actualidad algunos estudiosos de las formas faciales la toman como modelo de las proporciones perfectas de un rostro femenino.



Lo más atractivo de Lamarr no era únicamente su físico, sino también su inteligencia y talento para idear proyectos técnicos,  que incluso han servido como base para toda la revolución tecnológica que se vive en el presente, a través de los dispositivos móviles o inhalambricos  


En el cine, antes de llegar a Hollywood, Lamarr fue famosa en Europa al protagonizar en 1933 la película Éxtasis, filme controvertido para la época por su implícito contenido sexual y por ser la primera cinta sonora en donde apareció una mujer totalmente desnunda.


 
Años después, ya en la gran industria del cine norteamericano, la bella actriz protagonizó una serie de filmes de éxito moderado y momentáneo, ninguno pudo trascender el paso del tiempo, con excepción de la superproducción de Cecil B. DeMille, de 1949, Sansón y Dalila. 


Aparte de actriz, Lamarr era experta en telecomunicaciones y una antinazi radical, tanto que no dudo en prestar todo su apoyo a Estados Unidos para que combata a Hitler, sea efectuando largas giras por todo el país para promover la compra de bonos de guerra, o planteando propuestas para perfeccior su armanento militar.



 Lamarr conocía perfectamente que una de las debilidades de los misiles submarinos de la época fue la facilidad con que se  interceptaban sus frecuencias de guía por parte del enemigo. Ante ello, se puso a trabajar en la creación de un mecanismo que evitará esta interferencia, aplicando no solo conocimientos técnicos sino su gran capacidad de invención.

En ese entonces, la bella actriz estaba casada con un reconocido pianista y, al parecer, observándolo entonar su piano se le ocurrió la idea del cambio constante de frecuencias. Fue así que Lamarr estructuró un mecanismo de tambores sincronizados que emitían de manera aleatoria 88 frecuencias, número exacto de las  teclas de un piano.

  

De este modo, creó un sistema  guiado de misiles con saltos de frecuencias que sería prácticamente imposible poder descifrarlo por parte del enemigo. Lamarr patentó su proyecto el 11 de agosto de 1942, y lo puso a disposición de los militares estadounidenses, pero éstos optaron por no emplearlo pues dudaban de su eficacia.




Sin embargo, años despúes, en la Crisis de los Misiles con Cuba (octubre de 1962) la Marina de EE.UU. decidió aplicar una táctica de boyas rastreadoras, cuyo funcionamiento se basó en la teoría de Lamarr. Igual lo hizo en la Guerra de Vietnam y luego este sistema sirvió para las telecomunicaciones del ejército.  




El invento de la actriz austríaca fue considerado como la primera versión de lo que se conoce como espectro ensanchado, el mismo que, con el paso del tiempo, ha ampliado su campo de acción a la voz y los datos. 




El espectro ensanchado o expandido, ideado por Lamarr, es la tecnología base de lo que actualmente conocemos como WI-FI, 3G (Tercera Generación) o Bluetooth, que se los emplea en teléfonos celulares y computadores: 



Hedy Lamarr nunca recibió un solo centavo por su invento, no obstante, la humanidad ha querido reconocerla decretando el 9 de noviembre (fecha de su nacimiento) como el Día del Inventor Internacional.

 


LA PELÍCULA MÁS TAQUILLERA DE CADA AÑO




Es muy común encontrar las listas de los filmes con más espectadores de todos los tiempos, pero se han preguntado ¿Cuál película fue la más taquillera de cada año? Aquí está un recuento desde 1920 hasta el 2011, en donde, como es obvio suponer, el cine estadounidense acaparó las preferencias del público, especialmente del mundo occidental.  




Año 1920
LAS DOS TORMENTAS
Una auténtica obra maestra del cine mudo, posee imágenes sobrecogedoras. Cumbre del cine del creador del lenguaje cinematográfico: David Wark Griffith 














Año 1921
LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS
Una de las más famosas películas de Rodolfo Valentino, el latin lover número 1 del cine silente. En el cine sonoro se hizo una nueva versión de este filme, con Glenn Ford en el papel principal, pero no tuvo el éxito taquillero que la versión muda. 

EL CINE Y LOS TOROS



 
TODO EMPEZÓ EN ESPAÑA

El cine y las corridas de toros no han tenido una relación muy fructífera a lo largo de los años, de hecho han sido pocas las películas que se han producido al respecto y menos aún las de significado artístico o impacto taquillero.


Lógicamente, fue el cine de España, sobre todo el de mediados del siglo XX, el que abordó con más énfasis el ambiente taurino, involucrando en sus historias dramas de toreros con desenlace triunfalista. Curiosamente, los argumentos de varios de estos filmes se los ubicaba en un contexto religioso, tal como ocurrió con las recurrentes versiones de CURRITO DE LA CRUZ, EL NIÑO DE LAS MONJAS y EL RELICARIO. 




También hubo especial apego del cine español por incluir como protagonistas a sus toreros símbolos como Manuel Benítez “el cordobés”, Sebastián Palomo Linares o Paco Camino. Es así como surgieron cintas biográficas, como: FRAY TORERO, CHANTAJE A UN TORERO y APRENDIENDO A MORIR. 


Cabe destacar que en esta etapa se produjo una película que se apartó de lo establecido y propuso una de las pocas visiones críticas al mundillo de las corridas, se trata de A LAS CINCO DE LA TARDE.   


Pese a sus empeños, el cine taurino español no logró trascender más allá de sus propias fronteras y no pudo tampoco resistir el paso del tiempo. En las últimas décadas, la nación ibérica creó pocos filmes relacionados con los toros, y más bien empleó esta temática sólo como elemento simbólico para acoplarlo en cintas tan variadas como: MATADOR, HABLE CON ELLA, JAMON-JAMON, LA VAQUILLA y varias adaptaciones de la famosa novela CARMEN.


MÉXICO PLANTEA OTRO ESTILO 

El cine mexicano fue muy efectivo al incorporar el ambiente taurino en el género de la comedia a inicios de los años 1940s, aspecto que le otorgó réditos taquilleros; obviamente apoyado en su principal estrella: Mario Moreno "Cantinflas", que popularizó películas como NI SANGRE NI ARENA y CANTINFLAS TORERO.

El famoso comediante mexicano incluso aprovechó la popularidad alcanzada con estas cintas para realizar algunas giras por distintos países latinoamericanos, presentando en vivo  su espectáculo de toreo risible en cosos con mucha concurrencia.     




No obstante, sería en 1956 cuando el cine azteca presentó una obra muy original llamada TORERO, una mezcla de drama y documental protagonizada por el matador Luis Procuna, quien se permitió ofrecerle al público todas las sensaciones contradictorias que sentía antes, durante y después de una corrida. 

El filme tiene un estilo neorrealista y nostálgico, logrando emocionar al espectador, pues le revela la crisis existencialista que siente un torero por el temor a la muerte. 

En esta película se pueden apreciar también -para quienes gustan de la fiesta brava- las intervenciones de los conocidos Manolete y Carlos Arruza. 


 
UNA NOVELA DE BLASCO IBÁÑEZ SE CONVIERTE EN HITO DEL CINE

En la etapa silente, Hollywood ya contaba con referentes cinematográficos de trascendencia mundial, uno de ellos fue Rodolfo Valentino, prototipo de latin lover, que sería el actor ideal para representar en el cine a Juan Gallardo, el torero principal de la famosa novela de Vicente Blasco Ibañez, Sangre y Arena. El filme se lo estrenó en 1922  con un rotundo éxito.

Sin embargo, sería una nueva adaptación cinematográfica de la novela, en 1941, la que daría la mejor película de toros que se haya hecho. La dirigió Rouben Mamoulian y una de las claves de su éxito, a más de la galería de actores que presentó, fue el magnífico empleo del technicolor.  



Sangre y Arena es uno de los mejores melodramas del Séptimo Arte, cuenta la historia de Juan Gallardo (Tyrone Power), un torero analfabeto que llega a la cúspide de la fama por su oficio y que, solo por eso, será seducido por una impactante mujer (Rita Hayworth), quien será el motivo de su autodestrucción. 

La película contiene momentos de crítica dura al mundillo de las corridas reflejadas, por ejemplo, en dos escenas reveladoras: el reparto de la carne de un toro muerto en el ruedo a gente desesperada por comida; y el final del filme en donde con aplausos y lanzamiento de sombreros se aclama al nuevo astro del toreo (Anthony Quinn), quien agradece con sus brazos en alto justo al lado de la sangre derramada en la arena, minutos antes, por Gallardo víctima de una mortal cornada. 

 
 
El asistente de dirección de esta versión de Sangre y Arena fue, Budd Boetticher (conocido más por rodar westerns de serie B), quien siempre tuvo una afición especial por las corridas de toros, logró dirigir películas destacables como EL TORERO Y LA DAMA, y SANTOS EL MAGNIFICO, en donde se volvió a vestir de luces Anthony Quinn.  



Pero Boetticher tuvo tal obsesión por este espectáculo que quiso ir más allá y dedicó toda la década de 1960s para filmar un documental de uno de sus ídolos, el torero mexicano Carlos Arruza, quien fallecería trágicamente en un accidente automovílsitico en 1966, afectando a Boetticher al extermo de ser internado en un sanatorio mental. Pese a todo, logró terminar su obra y la estrenó en 1972. 


De su parte,  Arruza, a más de ser un gran torero, también fue un gran seguidor del cine e intervino como actor en la cinta mexicana SANGRE TORERA y en el famoso western hollywoodense EL ALAMO , que fue dirigido por John Wayne.  




SOL Y SOMBRA A LA CAZA DE BRUJAS 

De todas las películas sobre la fiesta brava producidas hasta el momento, quizás solo hubo una que dio protagonismo al toro, se trata de EL NIÑO Y EL TORO, filme realizado en 1957, y que cuenta la historia de un chico que cría y se encariña con un becerro, pero al crecer éste será usado en la lidia, iniciándose una constante lucha del niño por salvarlo.
 

La trama de la cinta resultó atrayente y esto radicó en su guión, que para ese entonces no se supo quién fue su autor, tiempo después se descubrió que fue Dalton Trumbo. 
 
Trumbo fue uno de los mejores escritores de la historia de cine, pero en las décadas de los 1940s y 1950s fue uno de los principales perseguidos por la caza de brujas impuesta por el senador norteamericano Joseph McCarthy, a todo el que se le descubriera algún tipo de relación o simpatía con el comunismo. 


En este contexto, el famoso guionista fue encarcelado y luego impedido de trabajar en Estados Unidos, por lo que optó por radicarse en México y vender sus guiones empleando pseudónimos. Así lo hizo para EL NIÑO Y EL TORO, en donde apareció bajo el nombre de Robert Rich. El dato curioso es que este argumento ganó el premio Oscar de ese año, pero obviamente nadie apareció para recibir la estatuilla en la ceremonia de premiación. Hollywood lo reconoció como el legítimo ganador recién a mediados de los años 1970s, poco antes de su muerte. 

 
CINE TAURINO CONTEMPORANEO 

En las últimas décadas muy pocos filmes de relevancia se produjeron sobre el mundo taurino, tal vez se podría nombrar solo como referencia a la nueva versión de SANGRE Y ARENA de 1989 que, en una vertiente más erótica, fue protagonizada por la conocida Sharon Stone.  Asimismo, cabe citar a la coproducción brtiánica española MANOLETE, sobre la vida del famos torero e interpretada por Adrien Brody.  

LA CENSURA A LOS POSTERS DE CINE

En la dictadura de Francisco Franco en España (1936-1975), muchos eran los ámbitos en donde se imponían ciertas restricciones o limitaciones a la población con el fin de mantener determinadas conductas o ideologías, el cine no fue la excepción. 

Lo curioso fue que a más de prohibir que se exhiban en las salas de cine españolas algunas películas, se estableció una censura incluso a los afiches que promocionaban los filmes. 

El gobierno de Franco fue muy conservador y tuvo de aliada a la Iglesia Católica para "la educación" de la gente. Para este objetivo se ejercía controles en todo tipo de publicidad. De este modo, existieron en esa época muchos carteles de películas que tuvieron que ser modificados para que puedan presentarse en las carteleras españolas. 

Los cambios se daban especialmente por el componente erótico que podría tener algún afiche. No se permitía que se exhiban imágenes de mujeres con amplios escotes, poca ropa o vestimenta ajustada (provocativa). Los dibujantes españoles de estos anuncios debían transformar los carteles originales o darles el retoque correspondiente para tapar o transformar cualquier elemento que pudiera ser censurado. 

A continuación veremos algunos ejemplos de cómo eran los afiches de películas y fotos de actrices originales, junto a los posters que contentían los cambios realizados para hacerles más conservadores y, por ende, puedan ser presentados al público. 

















DRÁCULA EN ESPAÑOL 1931


Corrían los inicios de 1930, el cine mudo estaba llegando a su fin. Hollywood se encontraba en la encrucijada de cómo continuar con la fidelidad del público extranjero a sus películas, pues el cine hablado le presentó el problema del idioma. A algunos estudios cinematográficos no les quedó más que implantar una solución práctica pero costosa: la producción de dos o más veces de una misma película en distintos lenguajes. Este mecanismo de filmación duró sólo muy pocos años, luego se optaría mejor por incorporar el doblaje posterior a un mismo filme o colocar los conocidos subtítulos.

Pero, volviendo a ese tiempo, Hollywood produjo en los años 1930s algunas películas en idioma español y hubo una que hay que destacarla por lo que representó su original en inglés. Hablo de Drácula, el mítico filme de Tod Browning con el famoso Bela Lugosi en el papel principal. Esta conocida cinta no se llegó a estrenar en los países de habla hispana en ese entonces, pues la que se presentó en las salas de cine latinas fue otra versión, con otros actores de habla castellana. Me refiero a Drácula de George Melford con el actor español Carlos Villarías como el conde Drácula (ver afiche del lado izquierdo). 

La película fue rodada en las mismas fechas que la original de Brodwing pero mientras éste lo hacía en el día, Melford empleaba para flmar su cinta los mismos decorados y vestuarios en horas de la noche, utilizó incluso película sobrante de la original.

Como podemos ver en los siguientes fotogramas, las indumentarias de ambos Dráculas era la misma (primero en la imagen está Carlos Villarías y luego Bela Lugosi)


En primera instancia, los estudios Universal pidieron a Tod Browning que dirigiera también la versión en español, pero éste se negó, tal vez por lo cansado que representaría rodar un versión en el día y otra en la noche. Se encargó entonces a Meldford del proyecto, con la particularidad que éste no sabía nada de español.

 
Asimismo, como era un estilo de rodaje que Hollywood recién empezaba a experimentar no se tomaron en cuenta algunos detalles como el hecho de que en la versión en español se contaba con la presencia de actores de España y de Latinoamérica, por lo que en un mismo diálogo se escuchaban acentos distintos. Además, para el filme en castellano se tuvo que contar con más película pues los dialogos en español eran más extensos y a nadie se le ocurrió ajustar el guión.

La producción de Drácula realizada en español quedó lamentablemente en el olvido con el paso de los años, aspecto muy injusto si tomamos en cuenta que algunos críticos de la época consideraban a la versión de Melford técnicamente superior a la de Brodwing, e inclusive llegaron a afirmar que Villarías hizo un mejor papel de Drácula que el mismo Lugosi

Hollywood no le dio mucha importancia a los filmes que rodaba en otros idiomas en ese entonces, máximo los utilizó para exhibirlos y no aplicó ninguna política para conservarlos, como sí lo hacía con los originales en inglés; por esto es que muchas de las películas que se hicieron en español en EE.UU. ese entonces han desparecido. Lo mismo se pensó que sucedió con el Drácula de Melford, pero afortunadamente a inicios de los 1990s se encontró la única copia existente en La Habana (Cuba).
Les dejó entonces con la película completa rodada en español en dos partes, tomar en cuenta que Carlos Villarías tenía como nombre artístico Carlos Villar, y es así como asoma en los créditos.

DRACULA EN ESPAÑOL 1931, PRIMERA PARTE

DRACULA EN ESPAÑOL 1931, SEGUNDA PARTE