En el segundo lustro de la década de 1920 apareció el cine sonoro y la empresa responsable de esta tecnología fue Vitaphone, que luego sería adquirida por la Warner Bross (que produjo el primer éxito hablado de la historia del cine: El Cantor del Jazz, en 1927).
Vitaphone lo que hacía para dar sonoridad a los filmes era grabar por separado en discos los diálogos, melodias o cantos de las distintas escenas cinematográficas. Fue un procedimiento muy complejo en su inicio, ya que para el registro audiofónico era necesario construir amplias cabinas debidamente acondicionadas para la grabación, y los equipos ocupaban gran espacio por sus dimensiones.
Para la proyección el procedimiento fue más difícil, pues el hecho de que el sonido de una película esté grabado en un disco separado de la cinta fílmica complicaba la sincronización entre imagen y audio, esto ocasionó que muchas veces lo que se veía en la gran pantalla no guardaban coherencia con lo que se escuchaba.
La razón del desfase fue que en cada lado o cara de los discos solo se podía grabar un máximo de 4 minutos de sonido, mientras que los rollos fílmados duraban 11 minutos; es decir, en el cambio que se hacía del lado de cada disco o con otro disco, la proyección sufría una descoordinación entre imagen y audio muy notoria.
Vitaphone grababa el sonido en 78 revoluciones por minuto, así que trabajó en idear un mecanismo por el cual se pudiera registrar más tiempo que los 4 minutos mencionados en una sola cara de un disco. Se planteó entonces crear discos de larga duración (Long Play), para lo cual redujo las revoluciones por minuto a 33, de este modo el audio calzaba con los 11 minutos de imágenes de cada rollo cinematográfico.
Estos discos Long Play serían, poco a poco, más conocidos por sus siglas LP, y su formato de 33 RPM se fue estandarizando en el mundo a tal punto que sirvió de soporte para el impulso de otra poderosa industria: la fonográfica.
Y así fue como en las décadas posteriores, todas las empresas de grabación musical comercializaron los famosos discos LP, que se convirtieron en auténticos símbolos de las décadas de los 1960s, 1970s y 1980s, por el posicionamiento que lograron al ser el instrumento por el cual se podía escuchar a las grandes estrellas de la música.
Fuentes de imágenes: A, B, C , D